El Hombre de Lata es un personaje de la película de “El mago de Oz” y como su nombre lo dice está hecho de metal, por lo que a veces necesita un poco de aceite en rodillas y codos para que le funcionen pues están un poco oxidados por el agua. ¡Y eso nos pasa a nosotros también! No, es que necesitemos evitar bañarnos o ponernos aceite en las articulaciones; pero sí que con el paso del tiempo nos oxidamos.

Así como suena, envejecer es una forma de oxidación; pero en este caso no se trata de acumular óxido sobre la piel, sino que son los radicales libres los que dañan las células y el ADN por un proceso de oxidación, por ellos, los radicales libres son sustancia nocivas para nuestro organismo.

La exposición al sol, a la contaminación, al humo del cigarro, las largas jornadas sin descanso suficiente y una mala alimentación hacen que hay más radicales libres dañando a las células, los cuales, además, forman parte del proceso del envejecimiento natural por lo que su presencia aumenta con los años de vida.

No todo son malas noticias

Pero así como el aceite ayudaba al Hombre de Lata a funcionar, el sistema inmunológico también responde para reparar el daño de los radicales libres en las células. Sí tenemos un modo de defensa, pero necesita contar con ciertos nutrientes para funcionar de manera adecuada.

Obviamente, si estos nutrientes se convierten en parte de nuestra alimentación desde edades tempranas, el daño de los radicales libres se va retardando porque nuestro sistema reparará más rápido los daños y no se acumulan tanto. Cuando el cuerpo ya entra en el proceso de envejecimiento es todavía más importante seguir ingiriendo estos nutrientes para que el daño no se acelere. Esos mismos nutrientes, además, tienen efectos positivos en otras facetas del organismo, por lo que su ingesta nos trae múltiples beneficios.

Los antioxidantes en la dieta

Los nutrientes que actúan en contra de los radicales libres se engloban con el nombre de antioxidantes. Son un grupo que incluye tanto minerales como vitaminas: el selenio, el zinc, los carotenoides, la vitamina B2 y la vitamina C son algunos de ellos.

La mejor forma de incluir esos minerales y vitaminas con efecto antioxidantes es a través de la dieta. Por ello es conveniente incluir:

-frutos rojos como fresas, zarzamora, mora azul, frambuesa, etc.

-aceite de oliva

-vegetales frescos (todos los tipos de lechugas, kale, zanahorias, espinaca, etc.). de preferencia crudos pues al cocerlos la vitamina C y los carotenoides que tienen en abundancia se pierden.

-frutas como la naranja y la toronja, si se consumen en jugo es preferible que sea recién hecho para que no pierdan sus propiedades.

-chocolate pero hay que checar que se trata de un porcentaje de cacao del 60 al 70 por ciento y que no tenga azúcar ni leche añadida.

-vino tinto

-lácteos, carnes y mariscos consumidos con moderación

Como se decía, los beneficios de una dieta equilibrada y saludable además de aportarnos las cantidades necesarias de antioxidantes que ayudarán a reforzar el sistema inmune, acelerar la reparación celular, y retardar los efectos negativos de los radicales libres nos traen otros muchos beneficios para vivir nuestra vida en balance.

Fuente:

https://www.nestlehealthscience.com.mx/blog/antioxidantes-nutrientes-clave

https://www.fundacionmencia.org/los-antioxidantes-nutrientes-clave-para-el-sistema-inmunitario/