El sol ya se puso, y las sombras se van a alargando poco a poco para sumir todo en la oscuridad. Los ruidos en ese momento resuenan más, especialmente cuando una serie de aullidos parecen acercarse. Debe llegar lo más pronto posible a la seguridad de tu cueva, donde los demás ya se calientan alrededor del protector fuego. La tensión que aguzó tus sentidos y le permitió avanzar a más velocidad entre los árboles es la misma que hoy inunda a quien va a llegar tarde a su trabajo, aunque no pueda hacer mucho porque por más que quiera no logrará que el tráfico desaparezca.

Esa tensión se llama estrés y es uno de nuestros aliados más importantes para sobrevivir ante las amenazas desde las épocas más primitivas; pero el estrés laboral a veces no es tan útil ya sea porque se acumula por muchos eventos ya que no siempre tenemos la oportunidad de “usarlo” adecuadamente. México es uno de los países presenta mayores niveles de estrés laboral en el mundo.

Las afectaciones del estrés

El estrés provoca en el cuerpo una serie de reacciones en todas las dimensiones de la persona, algunas de las cuales se presentan al acumularse:

-En el cuerpo: aumenta el ritmo cardiaco; sube la presión sanguínea, se genera tensión muscular; aumenta la sudoración y la respiración se vuelve más superficial y frecuente. Hay más cefaleas, gastritis y otros problemas intestinales. Incluso se puede debilitar el sistema inmune.

-En las emociones: se puede sentir miedo, irritabilidad, mal humor, ansiedad, enojo y fastidio. Esto puede generar mayores dificultades en las relaciones con compañeros de trabajo, con los jefes y se puede extender a las relaciones personales.

-En las funciones cognitivas: disminución de la atención especialmente a los detalles, reducción en el campo de percepción, limitación de las capacidad para resolver los problemas y dificultades para aprender. Esto potencialmente multiplica los errores y las fallas, lo que genera más estrés.

-En la conducta: menor productividad, problemas para dormir, aumento del consumo de estimulantes como cigarros, cafeína, alcohol y, en algunos casos, comida poco saludable.

Algunas estrategias para lidiar con el estrés

Existen factores que generan estrés que es imposible controlar, sin embargo, hay una serie de medidas que se pueden tomar para mitigar las situaciones estresantes y lidiar mejor con el que no se puede evitar.

-Mantén un horario de trabajo fijo y claro; eso es especialmente importante en el home office, donde puede resultar más complejo al no “abandonar” el lugar de trabajo.

-Delegar las tareas que se pueda o buscar opciones para sistematizarlas, la Inteligencia Artificial aquí puede ser muy útil para distribuir mejor las cargas laborales, sobre todo las repetitivas.

-Asegúrate que tu lugar de trabajo cumple con las condiciones adecuadas de iluminación (de preferencia con luz natural), de temperatura (sin aires acondicionados al máximo), que el mobiliario se adapta a tus necesidades tanto en la silla como en escritorio, que la computadora está a la altura de tus ojos, etc. Esto aplica también para el home office.

-Encuentra un esquema de descansos breves que te funcione para tus niveles de concentración. Pueden ser pausas de minutos cada veinte; o de un cuarto de hora cada 45 o 50 minutos. El que te funcione cúmplelo.

-Ten actividades recreativas y deportivas fuera de tus horas de trabajo; es importante incluso programarlas como parte de tu horario para que no las relegues con facilidad.

-Procura comer a tus horas, hidratarte e ingerir productos saludables, así como tener suficientes horas de descanso por la noche.

Si a pesar de estos ajustes, sientes que no estás manejando el estrés adecuadamente, que ya está afectando tu vida personal y la de tu familia, o tu bienestar físico y mental busca ayuda profesional. Muchas empresas ya tienen programas de apoyo para estos casos, pues la legislación a avanzado en eso. También puedes preguntar a tu médico por alguna recomendación terapéutica.