Buenos hábitos alimenticios para prevenir el COVID-19 y tener una vida más saludable
Una de las características de los seres humanos es la capacidad de volver positivos los aspectos más negativos. La pandemia que ha azotado al mundo no será la excepción si transformamos este momento como una oportunidad para tener mejores hábitos que, por una parte, nos ayuden a enfrentar mejor las enfermedades, incluido el COVID-19; pero sobre todo contar con una mejor condición física que nos ofrezca un mejor balance vital.
Lo que no se veía
La llegada del COVID-19 dejó al descubierto muchos aspectos negativos de la salud, especialmente de los mexicanos y nos descubrimos más vulnerables a la enfermedad. Es un hecho que estamos entre los países con mayores índices de enfermedades crónicas, sobre todo, las relacionadas con la obesidad y la diabetes no sólo entre los adultos, sino entre los niños también.
Obviamente, no es que no se supiera pero era fácil dejarse llevar por la rutina y no enfrentar esos desafíos. Haber visto el peligro de frente nos debe mover a la acción para recuperar el balance y regresar a descubrir lo que será la nueva normalidad armados de un mejor sistema de defensa gracias a buenos hábitos.
Planear es la clave
Por ello, hay que modificar algunas conductas, por ejemplo, adquirir el hábito de planear las comidas. Es importante tomarse el tiempo para pensar en menús adecuados para todos los miembros de la familia y sus necesidades alimenticias.
Esta planeación tiene además un beneficio extra: volvernos mejores consumidores. Cuando se planea se pueden ubicar los lugares de comercio local y apoyar así la economía de la zona, y se compra sólo lo que se necesita para evitar el desperdicio tanto de comida como de empaques.
Al planear se pueden hacer ajustes al paulatino regreso a las actividades en oficinas y escuelas e incluir menús que se puedan calentar en las oficinas o comer fríos. No se deben olvidar las colaciones y tener opciones como frutas, verduras o semillas a la mano, de esa manera se reducirá el acudir a la comida chatarra para salir del paso.
Controlar el azúcar
Lo mismo va con las bebidas, también hay que tomarse el tiempo para tener concentrados de Jamaica, limón exprimido o algunas frutas a la mano para preparar bebidas refrescantes con el mínimo de endulzantes para que los refrescos no sean los protagonistas. Sobra decir que ingerir agua simple es y será siempre la mejor opción, pero agregar un toque de sabor siempre será bienvenido.
No se trata de declarar la guerra al azúcar, a los dulces y postres, sino de seguir de seguir con esas exploraciones gastronómicas que muchos iniciaron en la pandemia y hacer, cuando se puede, nuestro propio pan o postres. De esta manera, mantenemos el control sobre la calidad y cantidad de los ingredientes que usamos para que sean opciones más saludables y orgánicas.
No dejar ir las buenas costumbres
La pandemia en un inicio nos “aventó” de pronto a la convivencia familiar y en muchos hogares la preparación de la comida dejó de ser asunto de una sola persona y se volvió una de las formas de “pasar” del tiempo.
Los beneficios de convivir en familia o en pareja, después de esa experiencia, han quedado claros en términos de fortalecer los vínculos y no cargar el peso de esta responsabilidad en una sola persona.
Además, si se tienen hijos, al involucrarlos: suelen comer mejor porque fueron parte de la preparación, les ayuda a afianzar sus habilidades motrices finas y su creatividad, les permite consolidar su sentido de responsabilidad al tener tareas claras que completar de principio a fin y los aleja de actividades sedentarias y de las pantallas.
Está en nuestras manos que el regreso a la normalidad sea equipados con nuevos hábitos en torno a la comida que nos refuercen para combatir todo tipo de enfermedades y consoliden un mejor estilo de vida.
Mayo 21, 2021
Balance 24