Cómo cuidarnos del sobrepeso y la obesidad
Las noticias de la pandemia trajeron consigo la confirmación de lo que ya todos habíamos oído, las personas con sobrepeso y obesidad tienen mayores riesgos de salud que quienes están en un peso adecuado. Lo cual resulta especialmente preocupante entre los mexicanos, porque nuestro país desde hace algunos años está entre los que tiene un índice de obesidad más elevado.
Diferencia entre sobrepeso y obesidad
Tanto en el sobrepeso como en la obesidad hay acumulación de grasa corporal. Sin embargo, la proporción de la extensión de esa grasa es diferente respecto al peso y la talla de cada persona. Para diferenciarlos se usa el Índice de Masa Corporal (IMC) que es la división del peso de una persona en kilos por el metro cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define que hay sobrepeso si el IMC es igual o superior a 25, y obesidad si es igual o superior a 30. Si bien la obesidad es un padecimiento mucho más grave, el sobrepeso tiende a ser como una resbaladilla que nos lleva a la siguiente etapa con facilidad.
Un monstruo de mil cabezas
La obesidad es una enfermedad peculiar porque, aunque como ya se dijo se trata de un exceso de grasa corporal, se expresa como una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a muchos órganos y tiene que ver con el metabolismo, que es la forma como funciona nuestro cuerpo.
La obesidad se convierte en una especie de puente para otras enfermedades como la hipertensión, problemas en las arterias coronarias, diabetes II, osteoartritis, problemas respiratorios, infartos y hemorragias cerebrales, así como cáncer en mama, próstata, colon, endometrio, entre otras afecciones crónicas.
En el origen de la obesidad hay un patrón de predisposición genética, es decir, hay cierta tendencia hereditaria. Pero tanto si se tiene esa predisposición como si se tiene un estilo de vida completamente sedentario aunado a una dieta alta en productos procesados y refinados, se puede llegar a padecer obesidad.
¿Qué se puede hacer?
Como en todas las enfermedades, la prevención es el mejor y más fácil camino. Y la primera etapa de la prevención es saber que es un problema y que está en nuestras mesas de todos los días. Es importante incrementar la ingesta de verduras a por lo menos cinco raciones al día, evitar alimentos procesados y fritos, bajar la ingesta de harinas blancas y azúcares y tomar de litro y medio a dos litros de agua a diario.
Incrementar la actividad física es igualmente importante para lograr un balance. Si bien, en las circunstancias presentes este tema se ha dificultado por las restricciones, es muy importante buscar opciones dentro del hogar o en las zonas aledañas donde sea seguro caminar o correr o incluso jugar en familia un partidito de futbol o echar unas canastas en alguna cancha. Es fundamental que la actividad que se elija, se haga con regularidad.
Alerta y atención
La prevención es fundamental, pero si alguien llegó a tener los índices para entrar en la categoría de obesidad es muy importante que busque ayuda profesional para que reciba la orientación adecuada para lograr revertirla. Querer cambiar es un excelente primer paso, y cualquier camino inicia con ese primer paso.
Fuentes:
Enero 21, 2021
Balance 24