En nuestro país hay muchos temas pendientes, pero uno de los más desatendidos es la salud mental. Es un problema grave no sólo porque los padecimientos en sí generan sufrimiento a quienes los padecen, sino que tienen un efecto más amplio alterando su estilo de vida, impidiéndoles tener un empleo y recortando su expectativa de vida (entre 15 y 20 años menos), además de que las personas a su alrededor resienten de diversas maneras las consecuencias.

Entre los padecimientos más comunes están la ansiedad generalizada, el estrés postraumático y la depresión, según los expertos. Sin embargo, hay un amplio abanico de trastornos que abarcan la salud mental.

Algunos datos en torno a la salud mental

Se calcula que de todas la enfermedades que la sociedad padece, un 18 por ciento son enfermedades mentales. Y que éstas afectan alrededor del 30 por ciento de la población, aunque algunos dan una cifra más conservadora de 15 millones de personas.

Es un hecho, que en el país tenemos un problema de subdiagnóstico, es decir, hay muchas personas que no reciben ni siquiera la alerta de que tienen una enfermedad de este tipo porque no se animan a hablar de sus síntomas o al ser más del ánimo y no físicos, creen que son pasajeros o incluso que es su imaginación. Asimismo, es común que exista un estigma por padecer estas enfermedades y a la gente le cuesta trabajo aceptar que requiere ayuda porque tienen miedo de no ser comprendidos o ser juzgados de manera negativa.

Por otra parte, hay mucho camino que recorrer para que el personal de salud incluya en las consultas y atención general una perspectiva más amplia que los lleve a indagar sobre la salud mental de los pacientes. Aunque, también una vez que se requiere la atención el camino para obtenerla no es fácil, ya que tenemos pocos profesionales de la salud que puedan atender a la población que lo demanda. En 2018, había 3.71 psiquiatras por cada cien mil habitantes y hay cifras que indican que sólo una de cada 10 personas que lo necesita recibe tratamiento.

Buscar el lado positivo

Sin duda, el panorama de la salud mental en nuestro país es bastante sombrío en varios aspectos como los descritos. Sin embargo, el hecho de que cada día se hable más de estos temas, que se valore la importancia de buscar formas de cuidar el bienestar emocional y psicológico es un paso en la dirección correcta, sobre todo, en la medida en que se involucre a todas las generaciones en entender que la salud mental es tan importante como la física.

Hay que procurar esta normalización de lo trascendente que es la salud mental en nuestras familias y ambientes de trabajo para que se busquen formas de cuidar las esferas psicológicas y emocionales de todos. De esta manera, si alguien a nuestro alrededor —o nosotros mismos— experimenta síntomas que apunten a un padecimiento de esta naturaleza sentirán que hay un ambiente seguro y será más fácil ayudarlo.

Es verdad que llegar a la atención médica profesional puede ser un poco complicado, pero hay que insistir y no dejarlo de lado porque las consecuencias de hacerlo serán siempre peores.

Conservar el balance de nuestra mente y nuestro cuerpo es nuestra principal responsabilidad.