¿Habrá algún ejercicio que no requiera de equipos especiales? ¿Que sea preferible realizarse luego de comer? ¿Y que no requiera invertir mucho para tener resultados? Pues sí, existe y recibe el nombre de Power Walking.

¿A qué se refiere ese nombre?

En español es Caminata Poderosa y su nombre lo debe a que se trata de caminar, pero con más energía y cadencia que lo normal y, muy importante, acompañando los pasos con movimientos de los brazos. Mientras caminar se considera que entrena sólo los músculos y articulaciones del tren inferior, como en esta modalidad se involucran músculos del torso se considera cardio.

Se queda un “paso atrás” de trotar, pero sí implica caminar con un paso más intenso con más propósito. Se trata de hacerlo justo en ese punto en que estarías a punto de correr, tu respiración se siente acelerada, estás sudando y siente el esfuerzo.

El ritmo se mantiene mandando siempre el talón antes y luego la punta, además, uno de los pies debe estar en el piso siempre. Los brazos se mueven alternadamente en noventa grados, rozando los costados, con los puños cerrados pero sin tensión. La frecuencia cardiaca que se debería mantener sería de entre 64 y 76.

Se considera que hay dos formas de retarte, una es acelerar más el paso para lograr recorrer una distancia en menos tiempo o dar paso más largo buscando abarcar un recorrido más largo en menos tiempo. Eso sí, sin importar la modalidad que se elija se debe procurar no hacerlo menos de treinta minutos diario, o si se hace 3 veces a la semana, realizarla por 50 minutos.

Algo de preparación

Contra lo que otras formas de ejercitación requieren, en el caso de la Power Walking está comprobado que lo ideal es hacerla luego de comer. Así que ese lapso que queda libre durante la hora de comida se puede aprovechar para realizarla alrededor del lugar de trabajo. Claro, la comida debe ser moderada porque aunque sí ayuda a combatir un poco el “mal del puerco”, si el estómago está en verdad sobrecargado no se logrará el ritmo adecuado.

Es muy recomendable calentar los músculos antes de iniciar el recorrido. Especialmente hacer algunos movimientos que faciliten el movimiento de los gemelos, los músculos extensores y los glúteos.

Los beneficios

La Power Walking bien realizada y ejercitada de manera continua puede ayudar a perder peso, y esta meta es una de las que suele atraer a más gente a iniciarla, pues es menos intimidante y está más al alcance de aquellos que por alguna razón han caído en el sedentarismo.

Sin embargo, este tipo de actividad física ha mostrado más beneficios para quienes perseveran en su práctica:

1. Mejorar la digestión: Es ese combate al “mal del puerco” que ya se ha mencionado, pero a la vez, beneficia el equilibrio de la glucosa en el cuerpo, por lo que se evita sentir hambre más pronto.
2. Mejorar el equilibrio: Al realizarla bien, se beneficia la postura, se extiende la columna y se combina con los movimientos de brazos que son parte de nuestra manera natural de balancear el cuerpo, además de reforzar la orientación espacial al ser practicada en el exterior.
3. Control de la presión arterial: Al entrar después de comer en una actividad física que tiene su toque de intensidad, pero que se queda justo en el límite se activa la circulación sanguínea de manera adecuada.
4. Mejorar la expectativa de vida: Es también un beneficio extra que se ha estado estudiando y las personas que se mantienen caminando por encima de 4 kilómetros por hora (en la Power Walking nos movemos entre 6 y 7 kilómetros por hora) aumentan su probabilidad de vida entre 13 y 24 años.