El yoga es una disciplina que tiene miles de años de practicarse en la India donde surgió cómo una forma facilitar la meditación con el uso del cuerpo. En la medida en que se dio a conocer en las culturas occidentales esta práctica fue ganando adeptos. Algunos sí buscando la conexión interna, pero muchos otros aprecian sus características únicas.

¿Qué hace diferente al yoga?

Primero que nada, hay que quitarse la idea de que el yoga es sólo para cuerpos delgados y con gran flexibilidad, lo cierto es que el yoga se adapta a todas las condiciones: se puede practicar a cualquier edad, lo pueden hacer hombre y mujeres, hay opciones para las embarazadas y para gente con algún grado de rigidez corporal.

El yoga a diferencia de otras formas de actividad física se puede practicar casi en cualquier lugar, desde esos escenarios idílicos de algunas películas con gente haciéndolo en un espacio abierto de un parque, o mejor aún, a la orilla del mar hasta un rincón en el departamento más pequeño de una ciudad.

Asimismo, el yoga se puede practica en grupos, acudiendo a un lugar especializado o de forma individual. También puede ser una actividad que integre a los miembros de la familia o a grupos de amigos.

Beneficios de practicar yoga

El cuerpo y la mente se ven beneficiados con la práctica del yoga y, además, es de esas actividades que generan bienestar en la vida diaria y fortalecen el cuerpo para lidiar mejor con las enfermedades y retardar el desgaste natural propio del envejecimiento.

Favorecer flexibilidad y equilibrio: Este suele ser uno de los cambios positivos que se perciben primero, aunque no quiere decir que la noche a la mañana se lograrán las posturas o asanas más complejas. Sin embargo, en la medida en que aumenta la consciencia sobre el cuerpo, se van logrando mayores avances que además inciden en mejor equilibrio. Para mantener un asana se requiere de una buena alineación y distribuir bien el peso.

Fortalecer músculos y huesos: Los movimientos del yoga ayudan a fortalecer los músculos, con la ventaja de evitar que se acumule ácido láctico en el cuerpo, lo que evita sentir el dolor que es común cuando se inicia una actividad en un gimnasio o al correr.

En el caso de los huesos, el yoga evita la pérdida de masa ósea, lo cual es especialmente importante para quienes ya tienen osteoporosis. Además, la mejora en la postura favorece a la columna vertebral.

Dormir mejor: El sueño se favorece en tres formas: se concilia más rápido, se duermen más horas y con mayor calidad porque se logran estados más profundos de sueño. En otras palabras, las personas que practican yoga se levantan más descansadas y con mejores niveles de energía.

Reducir el cortisol: El cortisol es la hormona que se relaciona con el estrés y cuando se tienen altos niveles de esta hormona se llegan a tener cambios de humor, presión arterial alta, dificultades para dormir y trastornos digestivos; así como alteraciones en el sistema inmune.

Los asanas del yoga que se combinan con una respiración profunda y contralada ayudan bajar el cortisol pues con una respiración adecuada ser logra una mejor la oxigenación, se favorece la relajación muscular, se ralentiza el ritmo cardiaco, mejora la circulación sanguínea y se equilibra el sistema nervioso.

Fuentes:

https://www.vogue.es/belleza/articulos/beneficios-del-yoga-tipos-posturas-cuerpo-mente

https://www.expansion.com/directivos/estilo-vida/estar-forma/2016/03/29/56fabfe046163f0b598b45cc.html